Muestra Jacqueline su otra cara

(Agencia Reforma)

La ternura, femineidad y candidez de María José contrastará por completo con la de su hermana gemela, Sandra, una chica atormentada, de cascos ligeros y adicta a las drogas.

Con el cabello corto y teñido de rubio, zapatos de plataforma y tacón alto, y una indumentaria provocadora, Sandra Samaniego aparecerá en la telenovela Sortilegio.

“Me dijeron desde que empezó la telenovela que María José tenía una hermana gemela”, cuenta Jacqueline Bracamontes, “y que además vivía mucho tiempo en España y debía tener un acento castellano muy fuerte. Me preocupé un poco, pero luego me relajé, para qué agobiarse por lo que no ha sucedido. Así mejor hasta hoy, que ya estoy haciendo el personaje, me concentro en este trabajo”.

Bracamontes viajó con el staff de la telenovela producida por Carla Estrada a Culiacán, Sinaloa, el pasado fin de semana, para rodar las primeras escenas de Sandra en El Santuario de la Virgen de Guadalupe, mejor conocido como La Lomita; el Hotel Lucerna y las Fuentes Danzarinas de Culiacán, en donde el staff, de alrededor de 20 personas, trabajó durante todo el día.

Los representantes de Turismo del estado le dieron a la actriz trato de reina y ella siempre se mostró cortés y accesible.

“La calidez de la gente me entusiasma. El problema es que no siempre se puede a atender a toda la gente como se debe”, dijo Jacky en medio de la locación en Culiacán.

Lo único que la hizo sudar y sentirse incómoda por momentos fue el sol abrasador del verano, que elevó la temperatura hasta los 37 grados.

La tapatía de 29 años usó una peluca y le pusieron tres tatuajes postizos. También utilizó piercings ficticios en la ceja y en la nariz. Su cambio fue tan radical que incluso muchas personas que la vieron, literalmente, no la reconocieron.

“Con el calor se despegan los tatuajes, los piercings. Y el maquillaje, bueno, hay que retocarlo varias veces”, explicó.

Durante los ensayos fue asesorada por el actor madrileño José Antonio Barón en su pronunciación del castellano. Y también hizo algunos fragmentos con Rafael Zozaya, quien interpreta a Mario Aguirre, y con el peruano Pietro Vanucci, quien encarna a Jonathan, el “dealer” de Sandra.

Karina Duprez, directora de escena, y Arturo Lorca, productor asociado, estuvieron al pendiente de todos los detalles de las dos jornadas, en las que aproximadamente, Jacqueline se tomó más de 70 fotos con el público y dio más de 50 autógrafos.

El domingo viajaron a Mazatlán para grabar en Oceánica, lugar en el que su personaje tratará de dejar atrás su problema de adicción para poder tomar posesión de una herencia.

“No somos máquinas, también nos brotan lágrimas” fue el fragmento de la canción “Los Muchachos de Hoy”, de Luis Miguel, que Jacky repitió varias veces cuando pedía que cortaran para ir a comer o para tomar un descanso.

¿Sabías que…?

– Había unos 35 internos en el momento en que se grabó y fueron custodiados para que evitaran contacto con los visitantes.

– Mientras Jacky descansaba se dedicó a comer sus golosinas predilectas, las gomitas, y uno de sus anfitriones le regaló varias botellas de chamoy, un antojo que no puede resistir.

– La actriz revisó la prensa local y comentó que lo que no le había gustado era que pusieran que tenía 33 o 30 años, cuando en realidad tiene 29.

– Y su nombre, insistió, ella lo abrevia como “Jacky”.

– Sombrillas y abanicos le sirvieron a la tapatía para combatir el calor.

– Sandra es separada de sus hermanas, María José y Paula, cuando era niña, por la madre de las tres, Elena (Azela Robinson).

Los gemelos, de moda

Los gemelos toman fuerza otra vez, pues, aunque estos personajes han estado presentes en la historia de los melodramas mexicanos (“Las Gemelas”, “Sandra y Paulina”, “La Usurpadora”, “Mi Pequeña Soledad”, en “Lazos de Amor” hubo trillizas y “La Chacala”, entre otras), hacía tiempo que Televisa, en su horario estelar, no presentaba dos personajes idénticos de manera continua.