(Agencia Reforma)
El gusto por paladear toda clase de chiles mexicanos, saborear la comida, adorar a la Virgen de Guadalupe y hasta ser una aprendiz atenta del albur, es parte de lo que la costarricense Maribel Guardia ha adquirido a lo largo de 30 años de radicar en México.
Llegó al País cuando tenía 18 años y poco a poco fue sumando tradiciones y costumbres mexicanas a su vida personal.
“México es mi segunda Patria, me abrió las puertas, me acogió cuando era una niña; es el País donde me hice mujer, donde me hice madre y donde vivo. Es el País en el que llevo 30 años y en el que elegí vivir”.
La conductora ya es tan mexicana que ahora cuando viaja a Costa Rica tiene que llevarse su chilito verde para no perder el sabor.
“La comida mexicana me encanta y la verdad si voy a Costa Rica tengo que llevarme mi chilito verde porque me gusta que la comida tenga ese sabor, aunque no como mucho, y ahora me encanta paladear los diferentes sabores de chile; me encantan los chiles en nogada, los taquitos sin grasa, el pozolito, los mariscos mexicanos, todo es delicioso”, expuso.
Y así como ha degustado los diferentes sabores de la gastronomía nacional, Maribel Guardia ha saboreado el albur a la mexicana, y se confiesa una apasionada del doble sentido, aunque no es un as como lo es su hijo Julián.
“Me gusta mucho cómo manejan el albur en México, porque puedes decir muchas cosas malas sin que nadie se entere, las puedes decir hasta en televisión. El albur mexicano tiene esa gracia, es un juego de la mente muy ingenioso; al principio todo mundo me albureaba, pero mi hijo es todo un profesional y mi marido me enseña mucho del albur”, comentó.
“Me divierte lo ingeniosos que pueden ser para decir cosas sin que parezca que son malas y son de doble sentido”.
El amor a México es también místico, ya que en la sala de su casa los visitantes son recibidos por un cuadro de la Virgen de Guadalupe pintado por su hermana-mamá que la crió desde los 9 años.
“Adoro a la Guadalupana, de hecho, cuando quedé embarazada de Juliancito le pedí a la Virgen por él, se lo ofrecí y lo tengo a la entrada de la casa. Ese cuadro me lo hizo mi mamá, y ella en Costa Rica también tiene a la Virgen de Guadalupe en la entrada de su casa”, mencionó.
Tres décadas después de haber llegado al País, su amor es tal que hasta en los partidos de futbol ya no sabe por cuál apostar.
“Ahora que jugaron México y Costa Rica me preguntaba a cuál le iba, bueno, mi corazón se parte en dos porque amo a mi País que me vio nacer, me siento muy orgullosa de haber nacido en mi Costa Rica, y México es mi País darmático, porque me pasan puras cosas buenas, me vine a los 18 años de edad, ya llevo 30 en México, muchos más años viviendo aquí que en Costa Rica”, señalo