Por FRANCES D’EMILIO
Associated Press
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El secretario del papa Benedicto XVI visitó a la joven que lo derribó tras saltarse una barrera de seguridad en la Basílica de San Pedro en Nochebuena, dijeron funcionarios vaticanos el domingo.
El reverendo Federico Lombardi dijo a The Associated Press que Benedicto XVI le pidió a su secretario, monseñor Georg Gaenswein, que visitara a la mujer, que es atendida por desórdenes siquiátricos, “para mostrar el interés y benevolencia del Papa”.
Lombardi se negó a comentar la información aparecida el domingo en un diario italiano según el cual el ayudante papal dijo a la mujer, durante su visita del 26 de diciembre, que Benedicto XVI le “había perdonado”.
Susanna Maiolo, una italo-suiza de 23 años, derribó al Santo Padre al tirar de sus vestimentas mientras se dirigía por el pasillo central de la basílica hacia el altar mayor a fin de oficiar la misa.
En la conmoción cayó igualmente un anciano cardenal francés y se fracturó la cadera. El Papa resultó ileso.
La visita a la clínica siquiátrica en la aldea de Subiaco, cercana a Roma, fue realizada con discreción y el Vaticano no pensaba difundirla ni hablar públicamente de ella hasta que la publicó el diario, dijo Lombardi.
El vocero no quiso comentar el contenido de la conversación entre el enviado papal y la mujer.
“Cada cristiano perdona”, dijo Lombardi.
Agregó que los magistrados del estado vaticano realizan su propia investigación sobre el incidente del 24 de diciembre. No se ha determinado si la mujer, con antecedentes siquiátricos, puede ser responsabilizada legalmente de sus acciones.
Lombardi no pudo determinar cuándo concluirá la investigación vaticana.
El Papa, de 82 años, aunque dio evidentes muestras de estar asustado, resultó ileso y continuó el oficio de la Misa del Gallo, que este año fue adelantada dos horas, a las 10 de la noche en lugar de la tradicional medianoche.
Hace exactamente un año, Maiolo, vestida con la misma sudadera de color rojo y capucha, intentó alcanzar al Papa durante el servicio de Nochebuena, pero fue rápidamente neutralizada por los agentes de seguridad.
La repetición de su conducta este año puso en duda la eficiencia de las medidas de seguridad del Vaticano durante las ceremonias públicas.
El domingo, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio que domina la plaza de la Basílica de San Pedro para bendecir a miles de peregrinos y turistas. Volvió a repetir sus deseos navideños e insistió que al comienzo del año la esperanza no depende de los pronósticos económicos.