Paula Ruiz
Agencia Reforma
Desde que apareció en el redondel Gerardo Ortiz lo hizo sobrado de vitalidad.
Después de las rechiflas del público que presionó para que el originario de Pasadena, California, se dejara ver, fue hasta las 23:48 horas que llegó acelerado escoltado por un grupo de por lo menos ocho hombres.
A diferencia de las 10 mil personas a las que les cantó Ortiz en diciembre pasado en la Arena Monterrey, en su presentación que comenzó el sábado y concluyó la madrugada de ayer en el Domo Care de la Expo Guadalupe, el cantante apenas convocó a unos 4 mil asistentes de las 6 mil 500 localidades del lugar.
De manera acelerada, caminando de un lado a otro y detrás de él los tres guaruras que estaban expectantes a sus movimientos, Ortiz recorrió el redondel.
Para la tercera canción, el artista de música regional mexicana estaba bañado en sudor porque no paró de moverse durante su show.
La música de banda retumbó en el Domo y también la voz del cantante de 28 años que aceleró a sus fans al interpretarles “¿Por Qué Terminamos?” y “¿Quién se Anima?”.
El ritmo alterado también estuvo presente en el repertorio de Ortiz, quien se dejó querer por sus fans porque se le vio gustoso acercarse a ellos para tomarse fotos, con mujeres y hombres por igual.
Durante la velada sonaron temas como “Regresa Hermosa”, “El Aroma de tu Piel”, “Y Me Besa” y “Para Qué Lastimarme”.
En vez de hablar para saludar a la audiencia, Ortiz prefirió cantar y como dicen, se fue de corridito con su set list.
Su éxito “Mujer de Piedra” puso a cantar a todos en el lugar, que de pie atestiguaron el concierto de su ídolo.
A su cita con los regios incluyó también “Cara a la Muerte”, “Mañana Voy a Conquistarla” y “La Última Sombra”.
Los temas cayeron como lluvia porque el artista no dio tregua ni para agarrar aire, cantó uno tras otro.
Por eso, cuando dejó el redondel a las 1:28 horas, no sin antes incluir en su repertorio “Dámaso”, “Fuiste Mía” y “Tal Como Eres”, las “muchachonas”, como llama a sus fans, no quedaron conformes.
Y aunque se escuchó el grito de “otra, otra”, Ortiz ya no volvió.
“¡No manches! no duró nada”, dijo una de las “muchachonas” del cantante incrédula mientras se encaminaba a la salida del lugar.