María Silva / <I>Agencia Reforma</I>
Griselda Woo, dermatóloga, explica que las infecciones de la piel a causa del cambio climático, que es el aumento de la temperatura de la tierra por el efecto de invernadero, produce demasiados disturbios en la piel.
Según las estadísticas, en Estados Unidos los tumores benignos son un millón 400 mil casos nuevos cada año, y 65 mil de melanoma maligno, por lo que debemos tener una mejor protección solar y menos exposición a los rayos solares”.
Además, al exponerse a estos rayos disminuye el sistema inmunológico y hay mayor susceptibilidad a las enfermedades virales, como herpes, virus del papiloma humano, que son verrugas virales, además, resequedad, alergias, dermatitis atópica, arrugas antes de tiempo y manchas.
Woo explica que la piel normalmente está poblada de bacterias y hay dos tipos: la flora permanente, que sirve para protección y no produce daño, y la flora transitoria, en donde pueden estar las bacterias por horas, días o semanas y sólo causan hongos o infecciones cuando la primera recibe un daño.
“Actualmente, cuando la piel tiene un rasguño, aunque sea pequeño, o al estar seca por un exceso en la exfoliación, al remover un pellejito de los dedos o si se pellizca un granito, podrían surgir infecciones que son producidas por bacterias, como foliculitis, carbúnculos, impétigo, erisipela y furúnculo, entre otras.
Y aunque en el cuerpo se encuentran demasiadas bacterias, ácaros, parásitos como el Demodex, levaduras y hongos, todos viven en armonía y protegen, pero al romperse este equilibrio surgen las enfermedades llamadas oportunistas, y con el calentamiento global, la piel es el primer órgano que va a protestar.
Generalmente estas infecciones aparecen en la cara o en sitios húmedos del cuerpo en donde hay roce por la fricción de la ropa sintética que no permite que se seque el sudor, lo que propicia que crezcan bacterias indeseadas, y físicamente son como una ronchas con un puntito blanco o con pus adentro, o una elevación de la piel, aproximadamente del tamaño de un frijol o más, y empiezan a doler.
La gente insiste también en exfoliarse mucho con esponjas y estropajos, y se deja más expuesta la piel al calor y a la entrada de bacterias, hongos o virus que forman parte de la flora transitoria, explica. En invierno el peligro está en que la piel se reseca más por la calefacción y el agua caliente, lo que provoca el desprendimiento de las capas del estrato córneo y la grasita natural del cuerpo.
No obstante, llegar a esta nivel de infecciones se puede evitar. En la cara, lo primero que se tiene que hacer es una limpieza con un jabón que sea neutro, y de preferencia líquido por ser más higiénico, usar agua tibia, no utilizar esponjas ni estropajos, para mantener la piel íntegra, y aplicar una crema humectante que no sea muy grasosa, sin colores ni aromas, y que tenga permanencia.
También como medida de precaución, aunque sea temporada de otoño e invierno, es necesario el protector solar con 30 FPS y se recomienda utilizarse como crema facial.
Y a consecuencia del aumento de la temperatura global, hay que pensar dos veces antes de tenderse sobre un camastro al ir a la playa, sobre todo si es entre las 12:00 del día y 5:00 de la tarde, además, en lo posible, usar diariamente prendas 100 por ciento de algodón.
Lo más importante es ser responsables con el uso de antibióticos para combatir dichas infecciones, y, sobre todo, crear conciencia acerca del calentamiento global en las generaciones jóvenes.
¿Café untado?
Sandra Rodríguez / Agencia Reforma
¿Tiene celulitis y muere de miedo de sólo pensar en ponerse traje de baño? Aunque no lo crea, la cafeína puede calmar sus nervios.
La recomendación no es tomarse un café. Lo que debe hacer es buscar un tratamiento de spa a base de esta bebida, pues la cafeína ayuda a darle a la piel un aspecto más firme y liso.
La cafeína, aplicada tópicamente, también puede mejorar la circulación, lo cual previene o hace menos evidente la celulitis.
Opción casera
Tome los granos molidos que quedaron en su cafetera tras preparar café; funcionan mejor si todavía están tibios.
Antes de entrar a la ducha, mezcle los granos con un poco de aceite de oliva hasta formar una pasta suave. Frote los muslos enérgicamente con la mezcla, luego envuélvalos en plástico egapack y espere 15 minutos. Entre a la regadera y dé un buen masaje a los muslos con guante o esponja, con movimientos circulares ascendentes. Siga este proceso dos veces por semana.
¿Contra al cáncer?
El doctor Allan Conney, de la Rutgers University en Nueva Jersey, expuso a 90 ratones a radiación ultravioleta durante 20 días. A 30 de ellos les puso una crema que contenía cafeína. Tras la muerte de los ratones, analizó la formación de tumores en ellos. Los tratados con cafeína tenían, en promedio, 72 por ciento menos tumores que los otros.
A diferencia de los filtros solares, que protegen contra el cáncer de la piel al evitar que absorba los rayos ultravioleta, la cafeína protege las células tras la exposición a los rayos. Conney señala que la cafeína aparentemente bloqueó esta acción al causar la muerte de células anormales, sin afectar las normales.