Cielo Mejía
Agencia Reforma
GUADALAJARA, Jalisco.– Esta práctica es muy común, porque la llevan al cabo el 80 por ciento de los adultos mayores, señala Miguel Flores Castro, presidente de la Asociación de Geriatras del Estado de Jalisco.
“Frecuentemente, los ancianos son vistos por varios especialistas y cada especialista prescribe sus medicamentos. Entonces, fácilmente se llenan de fármacos”, dice.
En el Estado no existe la costumbre de que la población mayor de 60 años pida la consulta de un geriatra, sino que lo que hace es visitar a los especialistas según sus males: si tiene problemas cardiacos, va al cardiólogo; si presenta algún tipo de demencia, acude al neurólogo.
La polifarmacia es una práctica perjudicial, afirma Flores Castro, porque la interacción entre medicamentos puede llevar al anciano a tener nuevos padecimientos.
“Lo que sucede es que los daños (dependen) del tipo de medicamento que tomen; entonces, si son medicamentos que actúan en el cerebro, pues pueden ser medicamentos que depriman, que disminuyan los reflejos o que favorezcan las caídas y, con esto, una fractura de cadera”, explica el experto.
“O pueden ser fármacos irritantes, por ejemplo, que produzcan un sangrado en el estómago, una hemorragia o una esofagitis o una gastritis, o medicamentos fuertes para el colon, que producen la famosa colitis”.
De acuerdo con Flores Castro, los fármacos que más consumen los ancianos son los gastrointestinales, sobre todo los laxantes, los antiácidos y los bloqueadores del ácido gástrico.
“También están los medicamentos para el dolor, que son muy comunes”, apunta, “están los cardiovasculares, que se usan para la presión y para el corazón, y también están los que se utilizan para el sistema nervioso, que unos son los que son para dormir o para la depresión”.
Los remedios caseros y los tratamientos homeopáticos, así como las vitaminas, el omega 3 y otros suplementos alimenticios también pueden tener un efectos secundarios en el paciente.
“Como todas esas sustancias, tienen un efecto farmacológico, automáticamente se convierten en un fármaco y, por lo tanto, simplemente con puras vitaminas puede uno tener polifarmacia”, asegura.
Otro problema es que siguen recomendaciones de parientes, amigos y conocidos a la hora de tomar pastillas.
“Mucho del trabajo del geriatra es quitar medicamentos, para simplificar lo más posible el tratamiento y el que la persona tome únicamente lo que es indispensable, que eso no quita que haya personas que necesiten un medicamento, porque (hay casos en que) lo necesita, pero hay personas que toman 12 medicamentos y en realidad sólo necesitan uno de ellos”, expresa.
El consumo excesivo de medicamentos es uno de los principales motivos de consulta externa, precisa Flores Castro.
Además de la polifarmacia, la desnutrición, las discapacidades, la demencia senil -como el Alzheimer-, las enfermedades mentales, las caídas y el delirio son algunos de los síndromes geriátricos que sufren la población mayor de 60 años, subraya el jefe de Geriatría del Civil Viejo, David Leal Mora.