2010 UN AÑO DIFICIL

María Elena Salinas

Este año es casi seguro que se encuentra entre los tres más calurosos en los registros mundiales. Esta información viene de la Organización Meteorológica Mundial que afirma que la última década es, sin duda, el más cálido período de 10 años desde el inicio de los registros meteorológicos en 1850. Sin embargo, este año pasará a la historia por mucho más que ser caliente. Fue un año lleno de importante acontecimientos, algunos alentadores y otros devastadores.

El año comenzó con una nota sombría cuando la tierra tembló violentamente en Haití. El país aun no se repone y todo parece indicar que la recuperación tardara un largo tiempo. Con más de 250,000 muertes y más de 2 millones de desplazados, el terremoto de Haití tiene que ser uno de los eventos más devastadores, no sólo del año sino de la década.

Un mes y medio después, la tierra tembló de nuevo, esta vez en Chile. Aunque el poderoso terremoto de magnitud 8.8 fue más fuerte que el de Haití, la pérdida de vidas fue mucho menor, menos de 800 según los registros oficiales. Sin embargo, más de 500,000 edificios fueron destruidos y más de 2 millones de personas fueron desplazadas.

Aquí en Estados Unidos no fue la naturaleza sino la negligencia la que más bien provocó uno de los peores desastres ecológicos de la historia. Once hombres murieron la noche de la explosión el 20 de abril que dio lugar al derrame que dispersó casi 5 millones de barriles de petróleo en el Golfo de México. El gobierno de Estados Unidos demandó a la empresa BP y a ocho empresas más, acusándolas de violar reglas de seguridad federal. Los efectos del derrame de petróleo se siguen sintiendo mientras miles de peces muertos continúan emergiendo, según los científicos.

Fue un mal año para los pescadores en el golfo, y fue un mal año para los inmigrantes en todo el país. La ley SB 1070 de Arizona entró en vigor y aunque algunas partes de ella fueron bloqueadas por una jueza federal, el sentimiento antiinmigrante se difundió como fuego salvaje con unos 20 estados prometiendo implementar leyes similares.

Y aprovechando esa ola anti-inmigrante, candidatos Republicanos en todo el país utilizaron el enfoque de mano dura sobre inmigración en las campañas electorales para las elecciones de mitad de período. Eso les ayudo parcialmente tomar control de la Cámara de Representantes, ganar posiciones en el Senado y hacerse cargo de algunas gobernaciones, excepto en las contiendas donde los votantes latinos fueron capaces de detenerlos en estados como Nevada, Colorado y California.

Posiblemente el mayor golpe a los inmigrantes fue la oportunidad perdida de aprobar el “DREAM Act.” El proyecto de ley que habría abierto las puertas para la legalización de cientos de miles de jóvenes indocumentados traídos por sus padres cuando eran niños, falló por tan sólo cinco votos para convertirse en una realidad en el Senado. Los sueños se hicieron añicos, pero no la voluntad de los activistas jóvenes que prometen seguir luchando.

Los latinoamericanos acudieron a las urnas para elegir a cinco nuevos presidentes en Honduras, Chile, Uruguay, Colombia y la primera mujer en ser elegida presidenta en Costa Rica. La región también vivió otro mortal invierno con lluvias persistentes que causaron inundaciones, mataron a muchos y desplazaron a miles de personas en Colombia y Venezuela.

México tuvo un año agridulce en el que celebró su bicentenario de independencia con pompa y elegancia, pero pagó un alto precio en su guerra contra los carteles de la droga con miles de muertos, muchos en circunstancias horribles. La captura de varios poderosos capos de las drogas llevó a una batalla aún más sangrienta para ocupar su lugar.

Sin embargo, hubo momentos de alivio y alegría que permitieron a muchos en todo el mundo dejar de lado sus problemas y celebrar al unísono. La Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica tuvo a los aficionados al fútbol bailando al ritmo del “Waka Waka” de Shakira y echándoles porras a sus equipos nacionales. Y por supuesto, el rescate milagroso de los 33 mineros chilenos, después de 69 días atrapados a 2,300 pies bajo tierra, dio a la gente en todo el mundo una razón para creer en los milagros y celebrar la vida.