Wiki Chismes

María Elena Salinas

Columnista

Me siento como si estuviera escribiendo una columna de chismes. No es necesariamente mi preferencia, pero como ya han soltado la lengua, hablemos de algunas de las informaciones publicadas por WikiLeaks esta semana menos difundidas.

Por regla general, los periodistas no informamos acerca de noticias que no puedan ser confirmadas de manera independiente. Es importante contar con fuentes fidedignas. WikiLeaks, que se cree tiene como base algún lugar en Europa, recibe documentos anónimos de miles de informantes en todo el mundo. Pero juzgando por la reacción de EE.UU. y de jefes de estado de todo el mundo que se sienten ridiculizados por algunos de los contenidos en los documentos confidenciales que se filtraron, podemos suponer que al menos parte de ellos son reales.

Hemos estado escuchando mucho acerca de dirigentes árabes instando a EE.UU. para atacar a Irán, acerca de las denuncias de fiestas salvajes del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, y de su estrecha relación con el ruso Vladimir Putin y de la corrupción en el gobierno afgano. Pero mucho más cerca de casa, diplomáticos de EE.UU. han estado ocupados vigilando a los líderes de América Latina.

Tal vez las menos sorprendentes son las notas que muestran los esfuerzos para instar a los países de América Latina que aíslen al presidente venezolano Hugo Chávez. En uno de los documentos un diplomático francés le dice a un colega de EE.UU. que Chávez “está loco.” “Chávez está convirtiendo a uno de los países más ricos de América Latina en otra Zimbawe,” habría dicho el francés.

Durante la crisis de Honduras en el 2009 EE.UU. criticó abiertamente el golpe militar calificándolo de ilegal e inconstitucional. Sin embargo, memorandos filtrados muestran que el embajador de EE.UU. Hugo Llorens, sugirió que “bien se podría haber hecho un caso contra el presidente Manuel Zelaya por una serie de violaciones constitucionales, pero que nunca se emitieron de una manera legal adecuada.”

Unos meses antes del programado viaje de la Secretaria de Estado Hillary Clinton a Argentina, a los diplomáticos en ese país se les pidió que observaran la salud mental de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Las preguntas eran muy específicas, tales como: ¿Cómo maneja ella sus nervios y la ansiedad? ¿Cómo afecta el estrés su comportamiento con los asesores y / o la toma de decisiones? Y ¿Toma ella algún medicamento? También había interés en el papel que jugaba en su administración el esposo de la presidenta Fernández, el ex presidente Néstor Kirchner. Según uno de los supuestos memorandos, el Departamento de Estado quería saber en qué aspectos Cristina Fernández tomaba la iniciativa y cuales le dejaba a Néstor Kirchner.

Parte de las acciones diplomáticas que fueron reveladas por WikiLeaks también incluyen algunas que se produjeron durante el gobierno de Bush. Parece que existía un interés particular en Paraguay, donde a los diplomáticos se les pidió que recogieran información sobre los candidatos presidenciales, incluyendo las huellas digitales y escaneo de los ojos. También se les pidió que investigaran las denuncias de que Chávez donó a la campaña que llevó a Fernando Lugo al poder en el 2008 y examinar los casos de corrupción en Paraguay y las relaciones del país con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia.

En el 2008 hubo preocupación por la presencia de grupos terroristas en la triple frontera paraguaya. Washington supuestamente ordenó a sus diplomáticos investigar una posible presencia de Al-Qaida en la frontera que une a Paraguay, Argentina y Brasil, que tiene una historia de inmigración de los países árabes. También se les pidió recopilar datos sobre la construcción de mezquitas en el país.

En contraste a declaraciones públicas de los gobiernos de Estados Unidos y México sobre la guerra contra las drogas, los documentos de Wikileaks muestran temor de que el gobierno mexicano este perdiendo control de partes de su territorio. Funcionarios estadounidenses expresaron preocupación por la ineficiencia y rivalidad entre las agencias del orden y el ejército. Entre otras cosas un diplomático dijo que la corrupción oficial es tal que hay una “mentalidad de sitio” entre altos funcionarios “limpios” y sus tenientes. Se hablo también sobre la impunidad indicando que solo el 2 por ciento de los detenidos por delitos relacionados al crimen organizado llegan a ser juzgados. Definitivamente no es el tipo de información que el gobierno mexicano quisiera divulgar. Quien sabe otros datos negativos contengan los más de 2,800 documentos que supuestamente Wikileaks tiene sobre México.

Revelar las maniobras del mundo diplomático tiene sus ventajas e inconvenientes. En los más altos niveles hay un gran descontento, al grado de considerar estas fugas una amenaza para la seguridad mundial. Tanto es así que la Interpol puso una orden de alerta contra el fundador de WikiLeaks Julián Assange. Pero, por otra parte, este chisme diplomático nos muestra que nuestros representantes de relaciones exteriores están allí trabajando, observando y mirando hacia fuera por posibles amenazas contra nuestro país.