Trastornos de aprendizaje

Ramón Clériga

Agencia Reforma

Habría que circunscribir la definición a los trastornos, por los que siempre se detecta un nivel de aprendizaje menor a lo que se considera “normal” para la edad del niño.

Abordar de forma adecuada una situación así, implica hacer la valoración del problema desde varias perspectivas: el nivel de la maduración de la psicomotricidad del niño en aspectos como la organización de su esquema corporal y lateralidad; su nivel de inteligencia; el desarrollo psicológico de su personalidad; las características de la estructura y de la dinámica familiar y su estado neurológico.

Así, se podrá evaluar la presencia o ausencia de dislexia, que es cuando hay una gran dificultad por distinguir las letras o grupos de letras, su orden y ritmo dentro de una palabra o una frase, con el consecuente problema para realizar el aprendizaje de la lectura.

La dislexia afecta al resto de aprendizajes; todo el comportamiento del niño disléxico es afectado por su problema de comunicación, por lo que hay que descartar alguna falla visual, auditiva o neurológica. Este problema, generalmente, va asociado a la disgrafía.

La disgrafía es un trastorno específico de la escritura por la que el niño presenta un nivel en el aprendizaje del escribir, significativamente menor al esperado para su edad y curso escolar.

Los signos más frecuentes que se suelen observar son inversión de sílabas, omisión de letras. Escribir letras en espejo, escritura continuada o con separaciones incorrectas. Esto está íntimamente relacionado con la lectura, lo que ocasiona al menos un sobreesfuerzo de atención y pocos resultados exitosos.

La discalculia es un trastorno específico del cálculo aritmético, que suele aparecer asociado a la dislexia, a la disgrafía y a trastornos de la atención.

Los signos más frecuentes que se suelen observar son: confundir los números o invertirlos, escribir los números en espejo de lo que se deriva la dificultad para los cálculos.

El trastorno por déficit de atención es uno de los más frecuentes y se presenta más en niños que en niñas. Aunque aparezca antes de los 4 años, lo que sucede en la mayoría de los casos, no se llega a detectar hasta el inicio de la escolaridad.

Los síntomas que aparecen con más claridad son movimientos de manos y pies frecuentes, que denotan inquietud; dificultad para permanecer sentado, así como para esperar turno.

En algunos casos, otros trastornos como la depresión infantil pueden estar detrás de los problemas de aprendizaje. Un niño que hasta ese momento siempre había salido exitoso en sus aprendizajes y que de repente se muestra triste y un tanto retraído, podría hacernos sospechar de ello.

En todos los casos, el trastorno de aprendizaje debe ser tratado desde la raíz, desde la causa profunda, por un especialista.

Es altamente conveniente intervenir cuanto antes para que no aumente el problema.

Signos de los problemas que conducen al fracaso

escolar:

Dislexia

• Dificultad para distinguir las letras

o grupos de letras.

Disgrafía

• Inversión de sílabas, Omisión de

letras, Escribir letras en espejo

-Escritura continuada o con

separaciones incorrectas

Discalculia

-Confundir los números, invertirlos

o escribir los números en espejo

TDA

-Movimientos de manos y pies

frecuentes, que denotan inquietud

-Dificultad para permanecer sentado

esperar turno

-Dificultad para seguir instrucciones

-Cambios de actividad, sin acabar

ninguna, Frecuente pérdida de objetos

-Tendencia a realizar actividades físicas peligrosas

Depresión

-Tristeza, Irritabilidad, llanto fácil y falta del sentido del humor

-Baja autoestima y aislamiento social

-Cambios en el sueño o alimentación