Efraín Palomino Morales

Corresponsal de La Raza del Noroeste

La Liguilla del futbol mexicano está a la vuelta de la esquina y mientras unos afilan armas para disputar el título, otros visitan la cantina nomás de puritito dolor.

“¡Este amor apasionado, anda todo alborotado por a la Primera División volver! ¡Voy camino a la Liguilla y aunque los grandes de mí se burlan, sé que volveré! ¡Descendimos hace diez año, pero nos llegó el momento de volver! ¡Matosas tenía mucha razón, le hago caso al corazón y me muero por volver! ¡Y volver, volveeer! ¡Volveeer! ¡A primera otra vez! ¡Llegaré a la final, no quiero perder, no quiero perder! ¡Quiero volver, volver, volveeer!”, cantaba don Pedro, allá, en la mesa del rincón.

“Qué pasó, mi estimado, hasta donde yo sé usted le va a los Pumas. ¿Qué no?”, preguntó el mesero al viejo, mientras le servía un tequila con sangrita. “Soy doblemente fiera, camarada –respondió don Pedro, al mismo tiempo que se echaba el tequila de un golpe y sin chistar y continuó- Le voy a los Pumas, pero como traen la cola entre las patas, mejor apoyo al equipo de mi tierra: la fiera del bajío, que calificó invicto a la Liguilla de la Liga de Ascenso y, aunque a muchos les duela, es el favorito para dejar de una vez por todas a la chusma de segunda”, concluyó don Pedro.

“Villamelón como usted solo, mendigo viejo remilgón”, dijo la abuela Chucha, quien traía más dolor en su semblante que diputado sin bono navideño. “Un verdadero aficionado es aquel que no busca consuelo en brazos ajenos y más bien apechuga, aunque duela hasta el alma. Y nomás pa ponerle el ejemplo, hay va una canción para mis Chivas, que ya están listas… pero para la birria. ¡El día que te encontré me enamoré, tú sabes que yo nunca lo he negado! ¡Con Vergara me lograste enloquecer y yo caí en su trampa ilusionada! ¡De pronto el Ferrari en vocho se convirtió, y Cruyff faltó a su promesa de talachearlo! ¡De paso, a Nacho lo hundieron en el olvido por creer que en la Libertadores llevaría al Rebaño! ¡Por tu maldito amor, no puedo terminar con tantas penas! ¡Quisiera reventarme hasta las venas! ¡Por tu maldito amor, por tu maldito amooor!”, cantó la doñita, mientras una botella más pedía y es que, como al viejo remilgón, la fiera del bajío le hacía ojitos pispiretos para tener qué festejar en la Liguilla.

El chanflazo es para “Carlitros” Vela (así le dicen sus compadres de parranda, entre los que no desentonaría el Cuau, por cierto) y es que su racha goleadora con La Real Sociedad lo ha puesto en la mira del Betis, equipo que estaría dispuesto a negociar con el Arsenal (propietario de la carta) y concretar el fichaje en el verano próximo. La negociación no será fácil, ya que La Real Sociedad tiene preferencia para quedarse con nuestro paisano, sin embargo, sea Chana o Juana, lo importante es que Vela se mantenga en el viejo continente metiéndola… la pelota y no la pata.

El calcetinazo es para Rafa Márquez y es que, aunque lo metan a un convento a meditar sobre sus constantes pecados (terrenales y no carnales, si no nunca acabaría el pobre), el otrora capitán del Tri nomás no cambia. Hace apenas unos meses se metió en dos problemas: primero al demeritar el nivel de sus compañeros del Red Bull y luego armando una tremenda bronca en pleno partido. Pues hay tienen que Rafita volvió a sacar el cobre al fracturar a un contrincante cuando éste se encontraba tirado. ¡Rafa, luego porque dicen que los mexicanos somos mala leche! ¡Qué culpa tenemos de que tengas jocoque en vez de cerebro!

Y el desempance es para los directivos de la Femexfut por su show mágico-cómico-musical y es que estos amigos no salen de una cuando ya se inventan otra. Hay tienen que Decio y compañía analizan la implementación de una serie de mejoras para la liga mexicana disque para aumentar el espectáculo, la propuesta más interesante es la de separar la federación de la liga, aunque Decio sería el manda más de la Premier Azteca. ¿O sea que juntos pero no revueltos? La idea es buena pero ¿no sería mejor mandar a Decio a China? Digo, para que aprenda mandarín y deje a los hombres las cosas de hombres.

¡Nos chutamos la siguiente semana!

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