Agencia Reforma

TORREÓN, Coahuila 21-May .- Santos por fin sanó el dolor de llevar tatuadas 4 finales pérdidas de manera consecutiva y ayer por la noche se proclamó campeón tras haberse llevado el torneo de punta a punta, imponiéndose de manera magistral al Monterrey por 2-1 (global de 3-2).

Finalmente la revancha para los laguneros llegó, porque ante Rayados habían dejado escapar 2 títulos, y esta vez ni la magia del “Rey Midas”, encarnado en la figura de Víctor Manuel Vucetich, alcanzó para sacar adelante a Rayados en su inercia de triunfos.

Los dirigidos por Benjamín Galindo de paso acabaron con la maldición que suele perseguir a los líderes porque en la cancha enfrentaron estoicamente al mejor arsenal del balompié nacional; Humberto Suazo, Aldo de Nigris, Ángel Reyna, César Delgado, Neri Cardozo y Walter Ayovi, quienes conformaron la ofensiva regia buscando el alargue que no llegó.

El camino del título lo escribió Daniel Ludueña cuando al minuto 6 puso el 1-0, desajustando el esquema de Vucetich, al que le costó asimilar el madruguete que comandó el naturalizado mexicano.

Después, el partido se emparejó, ambos cuadros se mantuvieron con orden, defendiendo de manera impecable y buscando hacer daño al frente, pero con discreción, cayendo incluso en algunos excesos como los de Ángel Reyna que exageró en un par de choques buscando que el árbitro, Roberto García sacara las amarillas para presionar al Santos.

Pero lo mejor estaba por venir, y en el segundo tiempo se vivió una verdadera Final, con su dosis de dramatismo y con los 2 rivales entregados en la búsqueda del gol.

Al minuto 65, el hombre de la Liguilla, “San Oribe Peralta”, se lució con una pared con Ludueña para meter el balón y vencer a Orozco poniendo el 2-0.

Sólo que Monterrey no bajó los brazos ni por un minuto, se le fue encima al cuadro de La Comarca y Aldo de Nigris los acercó al 79′, poniendo a todos a temblar.

Por un momento parecía que los regios mandarían a tiempos extra porque cada vez que tomaban el balón se abalanzaban sobre la meta de Oswaldo Sánchez, pero el veterano arquero se lució a 2 minutos del final para detener un disparo de De Nigris a bocajarro y con ello materialmente selló la victoria para Santos que logró bajar del firmamento su cuarta estrella.

Fin de la maldición

Santos terminó con la maldición que acarreaba desde el Bicentenario 2010 de perder Finales, tras 4 desenlaces funestos.

Los Guerreros dieron cuenta ayer del Monterrey con un 3-2 global, con lo que consiguieron su cuarta corona, tras 3 series ligueras por el título en las que cayeron y una más de la Concacaf Liga de Campeones.

La mala racha para el conjunto de Torreón comenzó con la derrota ante el Toluca, en el Bicentenario 2010, cuando tras igualar a 2 tantos en el global, perdió 4-3 en penaltis, en una serie que cerró en el Estadio Nemesio Diez.

Para el siguiente torneo, el Apertura 2010, el cuadro lagunero regresó a la Final, pero sucumbió 5-3 en el acumulado ante Rayados, con el choque de vuelta el Estadio Tecnológico.

Al año siguiente, su suerte fue la misma, y cayó 4-1 en global ante Tigres, con el de vuelta en el Estadio Universitario.

Y hace apenas unos días, Rayados le quitó a los albiverdes la corona de la Concachampions, al derrotarlos 3-2.

Ayer, los laguneros se la cobraron, al vencer 2-1 (3-2 global), en una serie que cerraron en casa.

De hecho, este campeonato confirmó que Santos es un equipo que sólo sabe ganar títulos ligueros cuando disputa el de vuelta de la Final en su estadio, pues de esa forma logró sus otros 3.

En el Invierno 1996, el cuadro albiverde venció 4-3 al Necaxa al cerrar en el Estadio Corona, lo mismo que hizo ante el Pachuca en el Verano 2001.

En el Clausura 2008, su hasta entonces última corona liguera para el equipo, venció 3-2 al Cruz Azul, cerrando en casa.

Además, el cuadro de Torreón se sacó otra espina clavada, pues ahora sí pudo cobrar venganza ante un equipo que ya les había ganado antes una Final, la del Apertura 2010.

Contrario a lo que ocurrió con el Toluca, con el cual perdió 2 veces, 7-1 en el Verano 2000, y la edición del Bicentenario 2010.

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