Alberto Bortoni
Agencia Reforma
Hay muchas cosas que llaman la atención del nuevo Fiat 500 Abarth; los anuncios tienen algo que ver, pero sólo son parte del paquete atractivo que ofrece Fiat en este modelo.
Primero que nada se trata de un modelo con historia. Sigue siendo una marca y un nombre aprovechados mercadológicamente por el prestigio que logró hace algunas décadas, pero es una que no defrauda y que quizá deja sentir algo de lo que esos modelos originales pudieron haber tenido.
Estéticamente el 500 Abarth luce como un modelo mucho más agresivo y atractivo; es tan mejor alternativa sobre el modelo Gucci como lo es Catrinel Menghia sobre Jennifer Lopez (representantes en los anuncios del Abarth y 500 Gucci respectivamente).
Mecánicamente es todavía más diferente que las versiones comunes del 500. El Abarth cuenta con un motor del mismo desplazamiento, de 1.4 litros, pero turbocargado para producir 160 caballos. La suspensión ha sido modificada de forma acorde, tiene considerablemente más firmeza que la versión normal del 500 (no haremos analogías en este punto). Si se le exige al pequeño Abarth se puede circular muy rápido en él. Por su tamaño se puede mover ágilmente en el tráfico y siempre con una respuesta agradable a cualquier comando del conductor.
Incluso cuando se lleva a los límites, en donde el motor está cerca de su máximo de revoluciones o los neumáticos están perdiendo tracción, el auto se siente en su zona; no hay dramas y permite que fácilmente se regrese a una situación controlada. En equipamiento el Abarth incluye todos los accesorios que nunca se hubieran esperado de un Abarth en los sesentas pero que son indispensables en un modelo de su precio.
La tapicería de piel, el quemacocos, el sistema de sonido Bose, el control de velocidad de crucero, las bolsas de aire y los demás accesorios que Fiat ha logrado poner en este pequeño auto lo hacen casi un modelo premium.
El 500 Abarth deja al conductor deseando un poco más en cuanto a desempeño. Esta es la maldición de los deportivos bien hechos, en donde un adecuado balance y una buena ejecución dejan la espinita de que se puede hacer un poco más; quizá un poco más de potencia o quizá una caja con una sexta marcha o con la transmisión Competizione con embrague automático del Maserati Edition que además traía 180 caballos, frenos más grandes y suspensión más baja.Y no todo en el 500 Abarth es perfecto.
La suspensión dura y la ligereza del auto hacen que en calles muy maltratadas brinque y no dudamos que sacará del carril a algunos si no se tiene cuidado; el sistema Blue & Me ya merece una actualizada y los indicadores podrían ser más fáciles de leer. Pero aún con estas deficiencias el 500 Abarth resulta un auto muy gratificante de manejar.
El Fiat 500 Abarth es un modelo que se puede conducir todos los días. Si bien resultará incómodo en algunas condiciones particularmente por la suspensión rígida, es lo bastante civilizado y económico en su rendimiento para ser utilizado como coche de diario y nunca dejará al conductor frustrado por no poder aprovechar esas curvas despejadas que de repente aparecen en el camino.