El legado de Jenni Rivera va más allá de su música

Por E.J. TAMARA y NATALIA CANO,Associated Press

LOS ANGELES (AP)

La estrella de la música regional mexicana cantante nacida en el condado de Los Angeles falleció el domingo a los 43 años en un accidente aéreo en México estando en la cima de su carrera musical y en pleno apogeo de su trabajo televisivo.

Su más reciente álbum “Joyas prestadas” con baladas de Juan Gabriel y Marco Antonio Solís recibió elogios y premios y la ayudó a posicionarse en el género pop y la llamada Diva de la Banda, quien había dicho quería ser la Oprah Winfrey latina, protagonizaba el reality show “I Love Jenni” en el canal por cable Mun2 en Estados Unidos mientras en México fungía como coach del programa de talento “La Voz… México”.

Ídolo de multitudes, pasó de la pobreza al estrellato prácticamente frente a los ojos de sus seguidores, hablando siempre sin tapujos sobre su éxito y sus tropiezos personales, incluidos tres matrimonios, y enfrentando las críticas de detractores siempre con la frente en alto.

Rivera destacó en el género regional mexicano, dominado hasta su llegada por los hombres, logrando lo que pocos colegas del sexo opuesto pudieron: llenar el Staples Center de Los Angeles y el Auditorio Nacional de México.

Aunque sus canciones son famosas por plasmar sentimientos que engloban la dignidad, el despecho y el desamor, en los inicios de su carrera, el tema “La Chacalosa” causó polémica al retratar la historia de una chica de 15 años y su vida como la hija de un traficante de drogas.

Sus conciertos también destacaban por su ambiente festivo y la forma en la que Rivera interactuaba con sus admiradores. En cada una de sus presentaciones, la cantante cumplía las peticiones de algún afortunado que le pedía cantar algún tema en especial y subía al escenario a mujeres y niñas para darles algún mensaje inspirador y motivarlas a seguir adelante.

El domingo por la madrugada, la llamada Diva de la Banda abordó una avioneta para trasladarse a la ciudad de Toluca después de un concierto que ofreció horas antes en la ciudad de Monterrey, al norte de México, y jamás llegó a su destino.

“Me siento tan bendecida en este momento. Dios siempre me tiene más y más cosas buenas”, expresó Rivera el domingo en una rueda de prensa que ofreció después de su presentación en Monterrey. “Soy mujer, como cualquier otra, quizá me suceden cosas más fuertes a mí, pero debo seguir adelante. Dios es muy bueno y no me suelta de la mano”, añadió, de acuerdo con información reproducida por la prensa local.

Janney Dolores Rivera Savedra, su verdadero nombre, nació el 2 de julio de 1969, en Westwood, California, y creció en Long Beach. Dos de sus cinco hermanos, Lupillo y Juan Rivera, también han destacado en el ámbito musical.

Aunque la cantante mexico-estadounidense estudió Administración de Empresas, su pasión por la música siempre estuvo presente, sobre todo porque su padre fue dueño de un pequeño sello disquero de música mexicana, en el que ella realizaba labores administrativas. Siempre contó con mucho orgullo que comenzó su carrera cantando en mercados de pulgas de Los Angeles y vendiendo sus casetes a los asistentes hispanos.

Rivera debutó formalmente en la escena musical en 1995 con el lanzamiento de su álbum “Chacalosa”. Debido al éxito de su disco debut, la cantante grabó dos álbumes más de corte independiente: “Somos Rivera” y “Adiós a Selena”, con los que logró despuntar su carrera rápidamente. Su éxito se debió a la empatía que desarrolló con su público, especialmente el femenino.

A finales de la década de 1990, Rivera firmó un contrato con la firma Sony Music y lanzó otros dos discos: “Si quieres verme llorar” y “Reina de reinas”. Pero su éxito realmente llegó cuando decidió unirse a las filas del sello Fonovisa, casa disquera con la que hasta 2006, editó ocho álbumes.

Con su álbum “Parrandera, rebelde y atrevida”, de 2005, logró posicionarse como una de las mejores cantantes y compositoras del género grupero.

En 2002 Rivera consiguió su primera nominación al Latin Grammy, al mejor álbum banda por “Se las voy a dar a otro”. Y en 2008 y 2011 fue nuevamente postulada en las categorías de mejor álbum ranchero y mejor álbum del año por “La Diva en vivo” y “La gran señora en vivo”, respectivamente.

Su inquietud por desarrollarse en diferentes actividades, e inspirada en la popular conductora estadounidense Oprah Winfrey, la llevaron a incursionar en la televisión como protagonista de los reality shows “Jenni Rivera Presents: Chiquis & Raq-C” y “I Love Jenni”, cuya trama gira en torno a una mujer latina que tiene que esforzarse en el trabajo para sacar adelante a sus hijos.

“Soy muy igual a mi público, a mis fanáticos”, dijo Rivera en una entrevista con la AP realizada en marzo pasado. “(Nuestros seguidores) se pueden identificar con nosotros porque somos tan similares”.

La polémica fue fiel compañera de Rivera, quien protagonizó algunos desafortunados episodios en su vida, uno de ellos ocurrido en mayo de 2011 cuando su hermano Juan agredió físicamente a una persona en una feria popular en Abasolo, Guanajuato, luego de que la cantante fue agredida verbalmente por el admirador en estado de ebriedad.

Ante las críticas que recibió de sus admiradores en redes sociales y medios de comunicación, la intérprete se disculpó públicamente días después, durante un concierto en el Auditorio Nacional de la capital mexicana.

“Gracias por aceptarme como soy, con mis virtudes y defectos, culpable o inocente”, dijo tras hacer referencia a su canción “Culpable o inocente”.

El segundo episodio se dio dos años antes, cuando fue detenida en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con más de 50.000 dólares en efectivo, dinero que no declaró a las autoridades mexicanas.

Rivera fue consignada por las autoridades locales. En un comunicado emitido por la cantante en aquella ocasión, aseguró que la cantidad en efectivo que traía fue producto de su trabajo en la música, y como tal estaba acreditado en el expediente, es decir, que el dinero era lícito.

Las autoridades le otorgaron el beneficio de la libertad, por lo que pudo continuar con sus actividades de manera normal.

Hasta hace unos días, la estrella de la música grupera grababa la tercera temporada de “I Love Jenni”. Además, la intérprete de canciones como “Si quieres verme llorar” y “Querida socia”, también trabajó en la película “Filly brown”, a la que fue invitada directamente por el actor Edward James Olmos para personificar a una mamá drogadicta que está tras las rejas.

“La Diva de la Banda” murió en la cima de su carrera musical, pero no de su vida personal tras separarse recientemente del ex jugador de Grandes Ligas de origen mexicano Esteban Loaiza y encontrarse en el proceso de divorcio. Rivera y Loaiza se casaron en 2010.

Sin dar detalles sobre los motivos, Rivera dijo que su divorcio de Loaiza no representaba un fracaso sino un paso más en su vida. “Es una experiencia que me deja la enseñanza para mejorar y salir adelante como siempre lo he hecho. Esta decisión es algo muy difícil para todos los involucrados por lo que les pido respeto y comprensión”, dijo la estrella de la música mexicana en un comunicado.

Anteriormente Rivera estuvo casada con Trinidad Marín, que fue arrestado en 2006 por abuso sexual; y con Juan López, quien estuvo acusado de tráfico de drogas y falleció a mediados de 2009.

Madre de cinco hijos – Jacky, Chiquis, Michael, Johnny Ángel y Jenicka- y abuela de dos nietos, Rivera siempre abogó por las mujeres, sobre todo las que son víctimas de violencia intrafamiliar, y siempre se mostró orgullosa de ser latina y madre soltera trabajadora.

Rivera se acreditó la venta de más de 15 millones de copias de sus 12 discos de estudio, de los que se destacan “Homenaje a las grandes”, “Mi vida loca”, “La Gran Señora” y “Joyas Prestadas”.

Recientemente ganó los premios Billboard de la Música Mexicana a la artista femenina del año y al mejor álbum banda por “Joyas prestadas: Banda” y fue nominada a cinco Premios Lo Nuestro de la Música Latina en categorías que incluyen artista del año.

___

La periodista Natalia Cano reportó desde México.