Jorge Rivera
El equipo de la ciudad donde vivimos ahora ha jugado 8 partidos en competencia durante lo que vá del año, ha empatado 2 y perdido 5, ha marcado apenas 6 goles y recibido 9…
Los números describen claramente la peor crisis de resultados en la historia del equipo, en particular al comienzo de una temporada. Sin embargo, son pocos los que al terminar esta semana están mirando a Sounders con desprecio.
De hecho, y tras el empate 1-1 contra Santos, los redactores de “El Siglo” de Torreón, el periódico en la sede del equipo de la comarca lagunera notaron que “Santos terminó con el rosario en la mano, rogando a Dios que no les anotaran el segundo tanto”. Y estuvieron cerca, en particular a los 43 del complemento, cuando Mauro Rosales y DeAndre Yedlin se combinaron por la derecha y lograron sacar ese centro que pasó frente a todos y que dos delanteros de Sounders no alcanzaron a empujar a la red.
¿Cómo le hizo Sounders para salir con la frente en alto del Territorio Modelo? ¿Cómo volteó la humillante goleada 6-1 de Mayo pasado en la misma sede, y logró en un empate con sabor? La única posible respuesta es que el equipo de esta ciudad tiene mucha resistencia, y mucho de lo que en este país llaman “work ethic”, y nosotros llamaríamos profesionalismo, ética en la cancha.
El equipo en la cancha hoy es tremendamente limitado, pero así y todo los Sounders aguantaron, son resistentes, y si la semana pasada decíamos que podrían convertirse en “muertos vivientes” por la racha de partidos sin ganar, ahora hay que aceptar que el equipo está manteniendo su orgullo en los días difíciles. Es cierto, es la limitada MLS, pero es cierto también, Sounders se siente un equipo grande en esta liga, tiene la afición para probarlo, y en la cancha los 11 se han hecho respetar aún en la adversidad.
Ahora el sábado, contra un rival débil y en casa, deben convertir la resistencia en goles, en victoria.