Alberto Bortoni
Agencia Reforma
Hay coches que han logrado su lugar por su desempeño; uno de ellos es el Cayman de Porsche y una de las mejores opciones para disfrutar de este singular deportivo es la versión GTS.
Desde que se presentó, el Cayman ha sido reconocido como uno de los deportivos más balanceados; incluso muchos lo consideran un mejor deportivo que su hermano mayor, el 911. Aunque el 911 mantendrá su lugar por cuestiones históricas y tecnológicas, la afirmación no está muy errada; el Cayman tiene todo lo que podría pedirse de un verdadero deportivo y un poco más.
El GTS que pudimos probar contaba con la transmisión automática PDK; nos hubiera gustado manejar también la transmisión manual, que tiene su encanto, pero poco tendrá qué hacer al lado de la eficiencia y rapidez de la PDK.
Con la transmisión en la modalidad normal, esta corre a la relación más alta para lograr un buen rendimiento de combustible, pero es rápida en sus reacciones, bajando sin titubear cuando es necesario. En la modalidad Sport las relaciones se mantienen hasta un régimen de revoluciones mayor. Y en la Sport Plus no sólo se mantienen las relaciones hasta los límites del motor, sino que los cambios se hacen con brutal rapidez; la sensación a bordo es una completamente diferente, con golpes marcados en cada cambio de relación.
El Cayman es una experiencia de aspectos objetivos, como su desempeño en donde no hay mucho margen para quejarse, y aspectos subjetivos, en donde habrá quienes tengan una opinión diferente y no hay mucho cómo convencer de lo contrario.
Uno de los puntos subjetivos en donde no hemos encontrado opinión en contra es en el tono de su motor, y es que este seis cilindros suena mejor con el aumento de revoluciones y hasta que llega el limitador.
Para manos experimentadas el Cayman es un verdadero juguete. Es un auto que tiene un carácter claramente definido, pero que puede seguir órdenes. La dirección es rápida y muy precisa; con movimientos ligeros se obtiene una respuesta rápida y sin titubeos.
La suspensión como se puede esperar es una suspensión rígida y no hay muchas inclinaciones en su manejo. En curvas marcadas, cambia de dirección rápidamente, y aunque se puede caer en sobreviraje relativamente fácil, éste se puede controlar desde el acelerador y dirección sin muchos problemas.
En números, el aspecto objetivo, el Cayman GTS es bastante impresionante.
No es que el Cayman sea un reemplazo para el venerable 911; este último sigue teniendo su lugar. Pero es indiscutible que este pequeño Cayman GTS puede hacer tan bien casi todo lo que hace su hermano mayor, al menos en sus versiones iniciales.